Monday, April 17, 2006

Nota a Daniel Cabeza de Vaca, el 16 de Febrero, 2006
(Después de la expulsión y confiscación de nuestros objetos personales, le escribí al Fiscal, que en un acto aún inexplicable, se negó a recibir correspondencia de los historiadores).

México, jueves 16 de febrero, 2006.
Daniel Cabeza de Vaca
Procurador General de Justicia

Me dirijo a Usted a fin de informarle sobre las irregularidades que se presentan en la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, perteneciente a la institución que usted representa. Hoy, en las oficinas del Fiscal Especial, José Antonio López, encargado de la Oficialía de Partes, se negó a recibir correspondencia que iba dirigida al señor fiscal, aduciendo órdenes del secretario particular del fiscal, Ing. Pablo Martínez Escobar, de no recibir correspondencia de mi persona. El funcionario de la Oficialía de Partes me pidió incluso la carta, cuyo texto coloco abajo, para ser revisada por la persona mencionada.
Al cabo de unos minutos regresó sólo para ratificarme que no podía firmar el ‘acuse’.
Usted tiene información fidedigna del conflicto salarial por la que atraviesan algunos trabajadores de la fiscalía, por no haber podido cobrar sus salarios hasta hoy. A eso se le suman, atropellos como el de negarse a recibir correspondencia. Me preocupa el accionar. Si una oficina a su cargo se niega a recibir una carta, que por cierto contiene elementos de interés para la justicia, y una denuncia clara de que no solo se me ha negado el acceso a las oficinas, sino que además se me han retenido pertenencias, sin ningún tipo de explicación, entonces nuestro sistema se encuentra en crisis. Si no es en esta institución donde se reciben este tipo de notificaciones, ¿a quién debe uno expresar sus problemas?
Como trabajador de la Fiscalía Especial al que se le han vulnerado todos sus derechos laborales, le suplico una vez más, su necesaria intervención.

El texto de la tarjeta informativa que no fue recibida es el siguiente:
“México, jueves 16 de febrero, 2006.
“Ignacio Carrillo Prieto
“Fiscal Especial
“El día lunes personal de vigilancia de la Fiscalía que tiene a su cargo, me negó toda posibilidad de acceso a las oficinas ubicadas en Juárez 100. No existiendo un oficio para una medida como ésta, la policía me permitió el acceso a una orden manuscrita y firmada por el policía comandante, Sabino Jiménez López # 6834. El policía sin embargo, recalcó, al momento de negarme el acceso, que “por órdenes del Fiscal, no podía pasar el personal del Dr. Sotelo”. Ante lo mismo se enfrentaron mis compañeros.
“Lamentablemente, señor fiscal, a la inexplicable retención de mis salarios se le suman en este acto insólito, el despido masivo de hecho y el secuestro de enseres de carácter privado. Entre ellos, una veintena de libros (entre ellos los dos volúmenes del diccionario de la Real Academia Española y mis ejemplares de Días de Guardar, de Carlos Monsiváis -en su primera edición- y el Nunca Más de la Conadep, en el que se cifra parte importante de mi vida). Así como fotocopias de libros que junté con esfuerzo y que forman parte de mis materiales de estudio permanente. Un escáner marca AGFA, que puse a disposición de los trabajos de la Fiscalía, debidamente registrado a mi nombre. Fotografías familiares, discos de música, cuadernos de notas y objetos de uso diario, propio de una persona que pasó durante más de un año, más de ocho horas diarias en dicha oficina y que intempestivamente es privado del acceso sin notificación.
“Lamentablemente (y soy conciente de la repetición del adverbio) a los atropellos que le mencioné en otras ocasiones debo sumarle este, que vulnera los derechos elementales a la propiedad privada.
“¿Cómo recuperaré lo que me pertenece, mi salario, mis derechos laborales, algunas de mis pertenencias más queridas? ¿Por qué se queda usted con fotos de mi hija, con libros que significan mucho para mí?
“Caray, cuáles serán sus privilegios, y los de los encargados de aplicar estas medidas, para evitar ser sancionados por estos atropellos y otros delitos comunes sobre una veintena de personas. Sobre un grupo, que ha dado muestras de entrega, para responder las demandas de una sociedad sedienta de justicia, y para que el propio Presidente de la Nación tenga entre sus manos el Informe a la Sociedad con el que cumplir uno de sus más importantes compromisos.
“Un grupo que sin percibir salarios por meses se abocó a reconstruir históricamente los crímenes de aquellos años, que dejaron a veinte mil víctimas, entre desaparecidos, familiares de desaparecidos, ejecutados, heridos y masacrados, vejados, torturados y detenidos sin más razón que sus ideas políticas.
“¿Dónde está la congruencia el tamaño de nuestras responsabilidades y la actitud hostil de tratarnos sin la más mínima consideración?
“¿Cuál es la razón por la que se me niega el acceso a mi oficina, a la computadora y los muebles que tengo asignados frente a la Dirección de Recursos Materiales y Servicios Generales, como bien refiere el oficio Femospp/DRMYSG/S/003/2006, del 12 de enero de este mismo año?
“¿Si se me está despidiendo, junto con mis compañeros, por qué no se me envía una notificación en lugar de actuar de manera violenta? ¿Cuál es el motivo de tratar de esta manera al grupo de investigadores e historiadores?
“Le suplico una pronta respuesta que aclare lo que está sucediendo en la Fiscalía. Si esto no sucede, me llevará a considerar a estas acciones como un simple brote de autoritarismo, curiosamente en la institución que persigue histórica y jurídicamente un doloroso periodo de autoritarismo. Señor Fiscal, no prometo estar de acuerdo, pero por favor, ¡esgrima una razón!
“Sin otro tema en particular, me quedo a la espera de una explicación plausible y de que por sus oficios sean restituidos mis derechos y reparados los daños causados por este nuevo acto.

Señor Procurador, le ruego la atención y la trascendencia que el tema tiene. Aprovecho para enviarle un cordial saludo.

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